lunes, 9 de mayo de 2011

Ronda 2011. 900-101-900

900 Km
Esta vez he tenido que esperar a recuperarme antes de escribir la crónica.
Como quiera que son 900 Km hasta Ronda y tenia que recoger el dorsal antes de las 11 del Viernes decido no arriesgarme y salir el día antes jueves por la tarde.
Voy solo en la furgoneta con los asientos de atrás quitados para dejar sitio a un colchón hinchable donde espero descansar cómodamente.
Tras el cotidiano atasco en Madrid sigo hasta la Carolina donde busco un área de servicio para pasar la noche.
Paro junto a un camión y descubro que tiene encendido un motor para refrigerar la carga que no me va a dejar dormir. Voy junto a otro camión y lo mismo.
Cuando estoy haciendo el tercer intento aparece un guardia civil que, avisado por los camioneros, viene a comprobar si me dedico a robar camiones. Rápidamente deshacemos el malentendido y se va deseándome buenas noches.
Eso solo fue un deseo pues pronto descubro lo incomodo que es dormir en un colchón hinchable pinchado.
Me levanto temprano, desayuno y a seguir. Bonito paisaje por la mañana y llegada a Ronda a las 12:30.
Aparco cerca de la salida y a por el dorsal. Realmente esta carrera tiene sus peculiaridades y una de ellas es el carnet legionario.
Tiene mas importancia que el dorsal, lleva incorporado un dispositivo que se puede leer electrónicamente y necesitas pegar una fotocopia del carnet en el.
Un paseo por Ronda hasta el famoso puente y una caña en el bar de la organización en la meta.
Allí pregunto por un sitio para comer y otro corredor dice que si espero un poco me lleva a un sitio que el conoce y donde pensaba ir a comer el mismo.
Así que, al rato, nos dirigimos al lugar. Durante la comida Paco, que así se llama, me cuanta que lleva varias ediciones de esta carrera en las piernas y que, a sus 55 pasados, espera mejorar su marca personal.
Me da consejos para hacer mejor tiempo pero yo he venido más a tener la experiencia que a finalizar pronto.
Esto es una constante que se repite con todas los marchadores con los que hablo. Cada cual tiene sus propios consejos y una visión muy personal de la carrera.
Desde gente que sale andando y no corre nada …otro que recomienda un masaje en el Cuartel … que si un poco de glucosa me salvo la vez anterior … Se ve que 101 Km dan para mucho.
Siesta en la furgo y por la tarde a la charla de Rafael Romero “Fali”   y Mark Steven Woolley .
El ingles habla de una carrera que hizo en USA llamada BADWATER -217km en Death Valley l un sitio donde hace tanto calor que a veces caen pájaros muertos del cielo por un golpe de calor y donde el necesitaba llevar una gorra llena de hielo para evita daño cerebral por calor.
Fali habla del Tor des Geants  y cuenta cosas que no sabia y que me dejan un tanto preocupado como por ejemplo su recomendación de llevar “cadenas para correr”. Algo que yo ni sabia que existía. 
Cuenta también como consiguió finalizar durmiendo intervalos de media hora donde le pillaba el cansancio…
Luego la típica y esta vez especialmente sabrosa cena de pasta y a descansar. Por el camino coincido con Kiki y Picadrilo dos marchadores que conocí en Alquezar
Buenos deseos para la prueba y quedamos en vernos en ruta. La gente se va de cañitas por la zona de la Alameda pero yo estoy cansado y me voy a la furgo.
101 Km
Arriba temprano. Quiero ir a dejar la mochila en la salida nada más que abran a las 8.
Después de darle muchas vueltas y de escuchar muchos consejos decido usar uno de los dos puntos de entrega de material de los que dispones.
Uno es en Setenil (59 Km) y otro en el cuartel de la Legión (77.5 Km) . Yo mando una mochila con otras zapatillas, ropa de abrigo y camisetas al del cuartel por si acaso.
De paso pienso que me servirá para tener lo necesario para la ducha en la meta.
Con todo listo me dedico a ver el ambiente.
Los 101 de ronda son especiales de eso no cabe duda. El ambiente es definitivamente castrense bastante más que en otras carreras con organización militar como la carrera del Ebro. Muchos militares y ex militares que aprovechan esta prueba para reunirse con viejos compañeros de filas.
Aún así no se hace para nada molesto y también tiene su punto de locura.
La lluvia, que lleva horas amenazando, decide visitarnos unos minutos antes de la salida aunque esto no consigue amilanar a nadie.
Salida primero de las bicis y luego los marchadores.
Parece mentira que se puedan juntar 7000 personas, de ellas más de la mitad marchadores, para hacer esta prueba.
Después de los discursos de rigor y de que un mando de la Legión nos desee que “la fuerza os acompañe” salimos.
Lo típico de una carrera con tanta gente en la que cuesta ponerte en tu “zona”. La gente de Ronda animando … pasamos por el puente nuevo y ya al lío.
La carrera va principalmente por caminos de tierra que en alguna parte estarán embarrados y alguna pequeña parte por carretera.
He decidido ir ligero y los primeros kilometros caen sin dificultad. Llevo una mochila que me dejo Alberto en la que cabe el Camel Back y pocas cosas más y donde he conseguido meter una camiseta de repuesto a base de llevar casi vacío el camel.
De todas formas tenemos agua cada 5 Km.
Yo empiezo trotando todo pues las subidas no son de consideración … el día avanza … el tiempo se estabiliza … sale el sol y ya esta claro que vamos a tener un buen día para correr.
En el Km 35 nos metemos en una zona de bosque. Entre el calor y la humedad ambiente yo empiezo a tener un bajón.
Oigo mis propios latidos y me cuesta seguir trotando. El camino se convierte ahora en una cuesta intratable.
Son 4 Km a la salida de Arriate llamados la cuesta Salinas con un desnivel del 9% y allí me hundo …  todo el mundo me pasa y me cuesta mantenerme en pie.
“Vale Javier. Esto es lo que hay. Sabias que esto podía pasar. Practica lo que predicas. Vamos. Estas donde quieres estar. Es tu elección. Espalda recta. Sonríe. Céntrate en el siguiente paso. Calma. Fuera nubes negras.”
Con estos pensamientos voy pasando el rato. Consigo seguir andando despacio y luego a una velocidad normal. Hay que estar muy fuerte para pasar esta cuesta corriendo!.
A partir de este punto ya no intento correr las cuestas (que además serán de consideración) andando lo más rápido posible para trotar las bajadas y llanos.
Pasan los kilómetros y veo que me estoy recuperando pero he de reconocer que he pasado un mal rato con muchos kilómetros por delante todavía.
Cada vez mejor vuelvo a disfrutar de la prueba a tope. Cuando viene una cuesta a descansar andando y en las bajadas a trotar lo que se pueda.
A estas alturas somos una hilera de gente que nos vamos adelantando unos a otros para coincidir en la siguiente cuesta o punto de avituallamiento.
A la llegada a uno de estos puntos los legionarios se me cuadran. Cuando estoy a punto de decir un “descansen” me doy cuenta de que se cuadran a un corredor que resulta ser un coronel de la Legión.
La verdad es que el trato con los legionarios es insuperable. Casi podías adivinar cuando tocaba el siguiente punto de avituallamiento por los gritos de animo de los legionarios a los participantes.
En Setenil esta el primer punto de recogida de mochilas y comida sólida. Ya llevo más de la mitad y el sol ya deja de apretar.
La carrera esta otra vez bajo control. Disfruto y me acostumbro al paso de los puntos de avituallamiento cada poco.
Llego al 70 Km. donde empieza una bajada de más de 3 Km con 9% que nos deja en el cuartel. En esta parte adelantamos a un padre con su hijo. El hijo se ha dislocado un hombro y lo lleva por dentro de la camiseta como cabestrillo. Les ofrecemos ayuda pero el chaval, que conserva todo su coraje, la declina y el padre le deja tomar sus propias decisiones …
Llego al cuartel de la Legión justo para ver el arriado de bandera.
Que pasemos por aquí explica el porque del pasaporte. A fin de cuentas se meten 7.000 personas en el mismo día en una instalación militar .
Recojo la mochila para sin tocarla, mandarla hacia la meta. En el comedor se puede cenar en condiciones pero yo solo pruebo el caldo que me sienta de maravilla. No se si cambiarme de camiseta o no por eso de no mancharla de sudor pero empiezo a coger frio y me cambio. Siempre me pasa lo mismo a mitad de una actividad de este estilo. Cuando paro me quedo helado.
Me pongo el chubasquero, el frontal y una luz roja que nos han dado y a seguir. He entrado de día (me cuentan que se arría la bandera justo al caer el sol) y salgo de noche.
Creo que me he entretenido bastante aquí pero ¿cuantas veces vas a estar en un cuartel de la Legión…?
En este punto mi ánimo  ha subido considerablemente. Ya vamos más espaciados y en varios tramos voy completamente solo sin ver ni siquiera las luces del anterior.
El camino discurre junto al río con bastantes charcos que se distinguen muy mal con el frontal así que acabo con los dos pies mojados. Pero ya nada puede conmigo.
Me siento invencible y me descubro trotando tan fresco como cuando salgo por la ribera del Ebro y eso que llevo más de 80 Km en las piernas.
Todos vamos en silencio y deprisa. Sabemos que queda poco.
La subida a la Ermita la encuentro preciosa y al finalizar la bajada veo los frontales de los que me siguen como si fueran estrellas en el cielo.  Es la última bajada. Ya solo nos queda la cuesta del cachondeo.
En esta parte observo a una pareja cogidos fuertemente del brazo. Los sigo mirando y descubro que el hombre tiene una tendencia a salirse del camino que no es normal. Cuando llego a su altura descubro que son un ingles ciego y su lazarilla. “No pain. No gain” se van diciendo. Es increíble lo que puede hacer el ser humano. No solo han llegado hasta aquí si no que van a un ritmo envidiable.
En una revuelta veo el puente nuevo… poco a poco la cuesta se acaba y llego a Ronda trotando por las calles entre los aplausos de la gente hasta el puente. Allí deposito el contenido de un paquete que he llevado en la mochilla y, sin poder ni querer controlar la emoción, llego a la Alameda y meta.
Son las 2 horas y 10 minutos de la madrugada del domingo. Llevo de actividad más de 15 horas.
Me sellan el pasaporte y me dan el ladrillo. Mando un mensaje a casa para decir que estoy en la meta y empiezo a temblar de frío.
Me abrigo pero aún así no paro de temblar así que no paro ni a comer algo. Cojo la mochila y a la búsqueda de las duchas y la furgo.
Después de recorrer buena parte de Ronda al  paso de las muñecas de Famosa cuando se dirigían al portal en aquel famoso anuncio de 1970 llego a la furgo a eso de las 4 cansado pero feliz.
900 Km
De vuelta desayuno en Campillos donde coincido con otro corredor también primerizo que ha finalizado en menos de 13 horas. Me sorprende su marca pero me explica que el ni siquiera ha parado en el cuartel.
Creo que se puede hacer esta carrera en mejor tiempo si es eso lo que se busca. En ese caso la clave esta en no parar casi nada en los puntos. Llevar un botellín de agua en la mano fácil de rellenar o cambiar y no camel que te obliga a quitarle la mochila y sobre todo no mandar mochilas para evitar la cola de recogida y entrega.
Un poco más adelante veo un cartel  “comida casera”  “menú del día” y paro.
A la vez que pregunto por el menú me percato que ni siquiera son las 12 pero debo tener tal cara de hambre que me ponen una suculenta y abundante comida sin problemas.
El resto del trayecto lo hago con frecuentes paradas cuando los calambres aprietan y así hasta Zaragoza a eso de las 11 de la noche.
Como en otras actividades de este tipo me sorprende la cantidad de gente que participa y que la finaliza bastantes en más de 20 horas.
La organización encargo 7.000 ladrillos. Pero este año sólo recibío 5.770 por lo que a los últimos 150 en llegar se la van a mandar por correo. Esto quiere decir que casi 6.000 personas han finalizado esta prueba.
Mi impresión es que es una carrera especial no una carrera de montaña al uso y que tiene bastantes alicientes como para hacerla, por lo menos, una vez en la vida.