sábado, 27 de abril de 2013

Jorgeada 2013 Unas veces se puede y otras no


Como otros años me acerco a despedir a los andarines.

Me gusta animarlos en la salida mientras los filmo.
Me consta que a alguno le ha hecho ilusión verse a los días.
En principio iba a ir solo a la salida pero en el último momento María finaliza su agenda social antes de lo esperado y deciden venir a la Plaza a despedirme.
Este año somos 48 corredores. Saludo a Javier y a SrOrnitorrinco. Han oido hablar de esta actividad a través de este blog y deseo que la disfruten.
Un grupo variopinto en el que destaca un corredor en pantalón corto ya calentando.
Últimos preparativos y a las doce salimos.

Enseguida veo que el de pantalón corto con un compañero salen muy deprisa y se ponen en cabeza.
Les pillo en el cruce antes del puente de piedra y les pregunto si conocen el camino. Me contestan que no, que es la primera vez y yo les indico más o menos la ruta en la parte urbana. San Juan de la Peña, camino de los molinos, Royo Villanova y luego a seguir las luces intermitentes y las marcas.
Van muy deprisa. Detrás un grupo de tres intentando no distanciarnos mucho del resto por eso de evitar que la gente se pierda en los primeros metros.
No estoy seguro de que me hayan oído así que apuro para alcanzarlos en el desvío del Camino de los Molinos y, tal y como pensaba, ellos siguen dirección carretera de Huesca. Les corrijo y me vuelven a adelantar a buen ritmo. Yo me quedo rezagado hasta que veo que los siguientes pillan correctamente el desvío. A la altura del Royo Villanova ya vamos un grupo más numeroso y parece que a partir de aquí habrá señales… pero no las vemos así que la pareja de delante se vuelven a perder.
Vuelta a encontrarlos y ya siguiendo las primeras señales nos sumergimos en la noche.
Voy bien, charrando con una pareja de corredores. He salido con el camel vacío confiando en el botellín de agua en San Juan de Mozarrifar pero al llegar a ese punto no hay avituallamiento. Por no romper el ritmo no paro ni a beber en la fuente confiando en el siguiente punto. A la entrada de Villanueva nos volvemos a perder siguiendo a la pareja que va por delante pero son pocos metros.
En Villanueva las sensaciones empiezan a ser no tan buenas y para colmo no encuentro donde reponer agua. Salgo de Villanueva ya solo y a los pocos metros sigo andando. En un correo que me llegó el día antes de salir avisaban de un bidón de agua en el Km 22 y sigo confiando en ese bidón para hidratarme. He cometido el fallo de no llevar algo de agua en el camel por si acaso. El caso es que no consigo volver al trote aunque ando bastante rápido. Me molesta bastante el pie izquierdo. Más que en las últimas salidas así que decido seguir andando lo más deprisa posible al menos hasta que me hidrate convenientemente. Paso las Lomas y me doy cuenta de que no encontraré agua hasta Zuera.
Se me hace muy larga la carretera vieja y la entrada de Zuera hasta el pabellón. En Zuera bebo y lleno medio camel mezclando agua con sales. Al salir me he quedado helado como todas las veces en este punto así que tengo que abrigarme y moverme deprisa. Aún así no consigo trotar, no se porque pero me duelen las articulaciones y me noto demasiado cansado.
Sigo solo en la noche entrando en calor hasta el siguiente punto de avituallamiento donde me tomo 3 caldos que me saben a gloria bendita. En este punto hay un corredor dentro de la ambulancia que se retira. Yo creo que puedo seguir. Sé como es el camino que me espera y me sumerjo en la noche comiéndome un paquete de gominolas que he pillado en el avituallamiento.  Los kilómetros se me hacen largos y me doy cuenta que no estoy disfrutando como otras veces. Generalmente me gusta saludar y animar a los andarines cuando los adelanto pero esta vez, además de que casi no adelanto a nadie, me viene justo para decir un “buenas noches”. Es una mala señal.
Llego al siguiente punto. Son 42 Km. más o menos. Un plátano y a seguir. La distancia se me hace interminable y me descubro buscando un sitio donde parar a descansar. Se que la recta antes de Almudevar se hace eterna si la ves y me parece que falta poco para que se haga de día así que fuerzo la marcha para, por lo menos empezar esa recta de noche. Pero cuando llego al avituallamiento anterior a Almudevar ya es de día así que me toca ver la recta en su plenitud. En esa parte tengo suerte. Nada más salir del avituallamiento comienzo a charlar con una pareja de andarines. Dionisio, el más hablador, es un corredor y andarín entusiasta con un montón de maratones y pruebas realizadas y, aunque hoy no tiene su mejor día, charlamos y nos contamos batallitas. Se que eso hará el tramo más asequible. Su compañero es la primera vez que hace la Jorgeada y se encuentra tan fresco como si acabará de salir… y eso que va fumando!!
Llegando a Almudevar me doy cuenta que llevo más de 4 horas sufriendo y decido que ya esta bien por hoy. Me quedan más de 3 horas hasta Huesca y se que, si sigo, las voy a sufrir… y ya he tenido bastante.
Me como mi bocata de panceta y aviso a la organización de mi retirada. Por desgracia acaba de salir el autobús a Huesca, donde tengo la mochila
Para mi fortuna, Sara, una colaboradora de la organización, se ofrece a llevarme hasta la meta ¡Gracias otra vez!
Una vez allí coincido con los que acaban de llegar entre ellos parte del grupo con el que me perdí el año pasado por la Cabañera. Este año no se han perdido y han llegado muy bien de tiempo.
Una ducha y a esperar el autobús de vuelta.
En total he estado unas 8 horas de actividad para 58 Km de los que he corrido unos 20.
Me he encontrado cansado bastante antes de lo que esperaba y eso me sorprende a pesar de que sabía que no estaba en forma.
Me he arriesgado y he pagado por ello, pero estoy contento y las consecuencias no han sido dramáticas.
Al día siguiente a currar de forma normal casi sin agujetas.
Ahora unos días de recuperación sobre todo del pie izquierdo y luego ya se vera.

sábado, 20 de abril de 2013

Prejorgeada 2013


Releo las entradas previas a las anteriores jorgeadas del 2012 y 2011.
Salida corriendo 2011
Salida corriendo 2012
Esto es lo bueno de tener un blog que te sirve como diario personal.
Veo que los preparativos y las cosas que pongo en la mochila son cada vez menos. Llevo menos cosas que las previas ediciones en principio porque los planes posteriores son diferentes.
En las ediciones anteriores corriendo me planteaba esta actividad como parte de la preparación para objetivos de bastante más distancia y desnivel. Por eso me planteaba hacerla lo más autosuficiente posible llevando incluso un pequeño saco de dormir.

Este año es muy diferente. El objetivo es simplemente finalizarla como punto final de mi "recuperación".
He llevado unos malos meses desde el parón por la anemia el julio pasado.
Me ha costado recuperarme sobre todo anímicamente  Una vez superada la anemia mis proyectos se habían ido al traste y caí en ese pozo depresivo del que cuesta salir.
Sabía que correr me ayudaría a salir de mi bajo estado de ánimo pero no encontraba las ganas suficientes para hacerlo ... y como no corría no salía del pozo.
Poco a poco he ido saliendo y a pesar de no contar con demasiado tiempo libre últimamente aún he podido hacer algunas salida de 15 km y sólo una más larga.
Esta ha sido por los montes de torrero hasta la urbanización de Santa Fe ida y vuelta. Más de tres horas bajo la lluvia para hacer unos 27 km en compañía de Marlen (una perra de unas amigas).

Correr con un perro por el monte es una experiencia que me daba un tanto de respeto, por el temor de que se perdiera sobre todo, pero que resulto muy agradable.
Ver la silueta de tu compañera de carrera desaparecer por las crestas para aparecer una veces por detrás de ti, otras por delante, disfrutando de lo lindo ...persiguiendo algún conejo ... hace que tu disfrute se multiplique.

El día antes de cerrar el plazo de inscripción para la Jorgeada aún estaba dudando.
En la última salida me duele un pie y al día siguiente no puedo andar con normalidad pero leo en el blog de Javier Subias que este año se propone participar ademas con Sr Ornitorrinco y esto me acaba de decidir.

Se que no tengo la forma física adecuada. De hecho creo que se va a parecer más a la Jorgeada que hice el 2007 andando con mi padre que a la del año pasado.
Pero me hace muchísima ilusión volver a intentar esta actividad. Es curioso pero siempre encaro esta actividad con la misma ilusión que la primera vez.
Ya solo esa ilusión y las últimas salidas con ese objetivo hace que merezca la pena los momentos duros que, seguro, pasaré la noche del 23.
Tengo ganas de pasar toda noche en actividad, de sumergirme en la distancia y de ver como gestiono ahora mismo el cansancio y las horas de actividad continuada.
Entre mis amigo no todos coinciden en animarme en este reto pero en definitiva y como dice Denys en Memorias de África
"No hay nada malo en arriesgarse, cuando quien paga es uno mismo"

Estaría bien llevar a Karen al lado esa noche y que nos contara historia tras historia. Seguro que se hacia mucho más llevadero el camino.


" Era un chino errante llamado Cheng Huan que vivía en el barrio chino y una chica llamada Shirley…
 ... que hablaba perfectamente el chino por haberlo aprendido de sus padres que eran misioneros. Cheng Huan vivía solo en una habitación de la calle Formosa, sobre el farolillo azul, se asomaba a su ventana y a su pobre corazón llegaban sonidos, extraños ecos…"




Aposta .... on the road again