martes, 12 de junio de 2012

Tres Ibones y un Tozal

El objetivo de este fin de semana era acumular distancia, tiempo y desnivel en montaña de cara a poder gestionar lo mejor posible las actividades de larga distancia que quiero hacer este verano: Ehunmilak y el Tor des Geants.
La idea, como tantas otras buenas ideas, la saco del blog de Ramón.
Así que salgo de casa el viernes nada más comer y pongo rumbo a Hecho.
En el camino no puedo evitar lanzar unas miradas de reojo al Tozal de Guara, el destino del domingo…
Llego, poco después de las 7 de la tarde del viernes, a Hecho con la intención de coger el dorsal y las instrucciones necesarias para el sábado hacer la marcha de los tres ibones.
Una caña haciendo tiempo, pues abren a las 7:30, y enseguida llega Gema que me da el dorsal y me cuenta donde tengo que estar el sábado a las 7:30.
Subo a la Selva de Oza y allí, después de preguntar varias veces y dar algunas vueltas, doy con el sitio.
Es pronto así que decido aprovechar el resto de la tarde. Subo donde se unen los caminos de ida y de vuelta y aparco la furgoneta. Me calzo las zapas y a trotar un rato. Enseguida veo una indicación a una vía ferrata y allí que me encamino. 
Tiene buena pinta así que subo unos tramos para apreciar mejor el paisaje. Luego sigo en dirección al ibón de Acherito por lo que creo que será el camino del día siguiente.
Anochece así que toca volver, un lavado en el río, un plato de pasta que he traído preparado de casa y a dormir.
Hace más frío del que pensaba, unos 2 grados, y el saco no es tan bueno como creía pero consigo dormir más o menos bien.
A las 6:30 arriba un poco de desayuno y a prepararse. Estamos unas 100 personas.
Esto es sobre todo una marcha que algunos hacemos corriendo más o menos pero el planteamiento inicial es de excursión. Avituallamientos solo líquidos y muy poca señalización.
La salida puntual a las 7:30.
Después de unos tres kilómetros de pista empezamos a trotar por senderos entre prados subiendo por el barranco de Acherito.
De lo primero que me doy cuenta es de que el camino no va por donde yo creía el viernes y que me hubiera costado encontrarlo.
Unos banderines nos llevan en dirección al Barcal de Acherito. Pocos excursionistas y nuestro grupo se estira cada vez más. Como la marcha se puede hacer de uno, dos o tres ibones el ritmo de la gente es muy variado.
El grupo de corredores más fuertes hace rato que se han despegado y quedamos el resto a buen ritmo.
Algunas presentaciones aprovechando las subidas más empinadas.
.- Hola. Me llamo Rodrigo y… con ese nombre tengo que ser de Burgos…
Como siempre buen ambiente y compañerismo. Hemos pasado un control y arriba llegamos al primer ibón. Antes me han adelantado un grupo de Sarrios  y ya en el ibón de Acherito nos volvemos a encontrar.
Uno de ellos es Miguel Ángel  con el que compartí muchos kilómetros en la Calcenada del año pasado.
Comentando las últimas batallitas siguiendo rumbo a Arlet.
El paisaje es precioso y el tiempo acompaña. El grupo de los sarrios se orienta muy bien en parte por que Miguel Ángel hace carreras de orientación y también porque algunos de los otros ya han recorrido estos lugares. Las marcas son muy escasas y yo reconozco que me hubiera perdido en estos tramos de no seguirlos.
Van por delante, los cuatro juntos con sus camisetas verdes haciendo una bonita estampa.
Sobre el mapa hay una buena tirada hasta Arlet. Al principio por el lado español hasta el puerto de lo Palo donde tomamos justo la raya fronteriza varios kilómetros para pasar a la vertiente francesa. El grupo de los sarrios conoce al dedillo esta zona pero yo ando desorientado dado que es la primera vez que recorro estas montañas. 
De repente en una corta subida aparece el Ibón de Arlet. Reposto agua en la fuente y seguimos. Van los cuatro sarrios y detrás otro mozo conmigo al final. Así llegamos al avituallamiento de Espelunguera. Agua y acuarius. Una de las voluntarias se asombra de la sudada que llevo… la verdad es que voy empapado poniéndome a ratos el cortavientos cuando baja la temperatura aunque el día esta siendo perfecto.
De ese punto empieza la subida a Estanes que me habían prometido bastante dura por un hayedo precioso.
Y lo prometido se cumplió. La subida es muy empinada y me descuelgo del grupo. Pierdo de vista al anterior corredor siguiendo un sendero cubierto de hojas de haya hasta que veo en le mitad un mojón con una mancha de spray naranja fosforito.
¡Vale, voy  por buen camino! 
Sigo por esa traza empinada hasta que dejo de ver sendero claro…
Como supongo que habrá que salir por arriba la emprendo bosque arriba hasta el collado ya sin sendero ni marcas visibles de que haya pasado nadie… pero con la confianza de ver, desde el collado, al resto del grupo aunque sea a lo lejos.
Cuando consigo llegar al collado veo dos sarrios tomando el sol… pero de los que andan a cuatro patas.
Es señal inequívoca de que nadie ha pasado por allí ni es un lugar de paso de humanos … de hecho no se ve ni traza de sendero …ni mojones .. nada .
Toca seguir los consejos que te dan cuando te pierdes en el monte… “volver al último punto donde tenias claro que no estabas perdido…”
Mientras bajo del collado patinando por las hojas de haya aprovecho para usar el pito por si alguien esta cerca y me orienta… pero nadie contesta.
Entre las hayas veo el monte de enfrente por el que he bajado a la Espelunguera así que orientándome con esa referencia intento llegar a ese avituallamiento ya completamente bosque a través sin traza de sendero… Cuando llego casi abajo veo tres personas y me desvío hacia ellos … son de la marcha y tienen claro que van bien así que me uno a ellos para volver a subir la cuesta que tanto me ha costado subir antes.
Llego otra vez al mojón con la mancha de spray … y me doy cuenta que no es una mancha si no una flecha, medio dibujado en el musgo…, que apunta a un sendero que sale forzado a la derecha y que yo no había visto.
Ese era el punto de perdida. Calculo que habré estado perdido algo más de una hora… bueno esto forma parte de la aventura…
Ahora ya con este grupo seguimos subiendo hasta la tubería y un bonito paso con una escalera metálica. Al poco aparece el tercer ibón. El ibón de Estanes.
Otro control y continuamos. Desde este control prácticamente se veían los voluntarios del siguiente con sus chalecos en el horizonte… Ahora camino con Lucas un chaval de Zaragoza que al final se animara a correr en los llanos y cuestas abajo.
En la zona de Aguas Tuertas nos encontramos a otro corredor ya entrado en años, 65 nos dice, pero fuerte como un roble.
Nos cuenta que también se ha perdido y que ha tenido que retroceder para no saltarse el control de Estanes. No parece nada enfadado por eso ni por tener que hacer algunos kilómetros de más y enseguida hecha a correr a muy buen ritmo … que envidia.
El último avituallamiento esta en el inicio de la pista que nos lleva a la Guarrinza. Es la parte con menos encanto así que, a pesar del cansancio, trotamos para que se haga más corta.
Llegando a la Selva de Oza los que llevaban GPS comentaban que la ruta de los tres ibones salía con unos 54 Km. y no los 48 que ponía en la página Web…
Bonita llegada con aplausos y con cencerro manejado con brío por la propia Gema. Como han avisado que no hay agua caliente en las duchas y esta el río cerca pues repito la ducha del viernes… unos estiramientos y a comer un poco.
Al final he estado 10h  15 minutos en esta actividad. Lastima no poder quedarme a la comida del domingo.
Pillo un plátano para el camino y rumbo a Nocito por la Guarguera.
Quiero llegar pronto para recoger el dorsal por la tarde y poder descansar bien sin necesidad de madrugar pero cuando llego ya han cerrado la entrega de dorsales.
Nada más bajar de la furgoneta… me reconoce Rafa. Hace años que nos conocemos pero hacía mucho que no nos veíamos. Los dos hemos ido a parar a esto de las carreras de montaña. El lleva muchos más años que yo en esto y es uno de los organizadores de la carrera de la Boca del Infierno. Esta aquí como arbitro de carreras de montaña, algo que yo ni sabía que existía.

Hay personas por las que no parece pasar el tiempo y Rafa es uno de ellos. El mismo espíritu optimista, el mismo entusiasmo que el que tenía hace tantos años cuando nos calzábamos los pies de gato y soñábamos con subir al Pisón por el Espolón del Adamelo.
Me cuenta que la carrera esta perfectamente preparada, lo cual viniendo de todo un señor arbitro es una garantía incuestionable, así que cambio de plan y decido salir esta vez sin bastones, solo una pequeña mochila para el cortavientos y la cámara de fotos.

Yo estoy cansado así que pronto a la furgo a dormir.

El domingo me levanto pronto sin necesidad de despertador. Enseguida a tomar un buen desayuno a cargo de la organización.
Luego me dan el chip, donde quedarán grabados los tiempos de paso, y el dorsal que resulta ser un chaleco.
El día es perfecto y parece que va a sobrar la ropa de abrigo. La mayoría de corredores van sólo con el chaleco-dorsal y pantalón corto. También veo a Ramón compañero de la Jorgeada del año pasado y de la Ainsa – Plan.
Poco a poco aparecen más y más corredores, al final saldremos casi 200.
Esto es otra actividad bien distinta a la del sábado. El ambiente es más “profesional” , más corredor aquí los tiempos son más importantes que en Oza.
Puntualmente salimos a buen ritmo. Un tramo corto cuesta abajo y enseguida el río. Rafa me ha contado que se cruza 7 veces y que, como cuando yo llegue ya estarán las piedras mojadas, es mejor pasar directamente por el agua y evitar resbalones.
Así que sigo sus consejos y al agua.
Luego empieza la cuesta. Esta carrera es sencilla primero cuesta arriba hasta la cima y luego cuesta abajo… simple.
Como me había contado los avituallamientos están perfectamente instalados… justo cuando tienes sed… allí están los voluntarios de Peña Guara. El marcaje es perfecto, el sendera desbrozado y bien trazado y el paisaje precioso. A disfrutar, sin prisas.
Gente conocida en la subida… nos ponemos cara  gentes que nos conocemos por los blogs y por los foros…
.- ¡Tú eras el del Tor! ¡Que ratos nos hiciste pasar!
Desde el collado de Petreñales se enlaza con la subida que he usado otras veces de excursión así que esta parte la conozco.
Salimos del bosque, cruzamos la pedrera y a la cima.
En la cima un grupo animando con megáfono. Paro a beber agua y uno de los excursionistas que están almorzando al resguardo me dice.
.- ¿Que,  hoy no te has perdido?
Me quedo un tanto sorprendido hasta que el almorzante se identifica como uno de los cuatro que casi acabamos en Ayerbe en la Jorgeada de este año… Le explico que en esta carrera es imposible perderse y el me cuenta que sus amigos y el han elegido “precisamente” este domingo para ir a almorzar “tranquilamente” a la cima del Tozal.
La bajada es empinada. Siento un corredor detrás y enseguida pregunto si quiere pasar. Son una pareja que van rápidos. Intento seguir su ritmo pero veo que es una locura y que lo único que puedo lograr es una torcedura de tobillo así que vuelvo a mi ritmo.
El sendero pasa por una zona boscosa. Adelanto a una chica que va un poco tocada de estomago pero que continua andando. Otro avituallamiento con sandia y ya los últimos kilómetros hasta meta. No has sido muchos kilómetros de carrera pero cuando sales es como si asumieras la distancia a recorrer y siempre te alegras de ver la meta.
En la meta foto de Ramón que no puede faltar y último control. Dejo el chip y como si fuera el ticket de la compra me dan los tiempos de paso.
Me quedo a aplaudir a los pocos que llegan detrás de mí y al corredor escoba… una ducha y a estirar junto a la furgoneta.
En la furgoneta de al lado un corredor lleva un tobillo hinchado. Se lo ha torcido en las primeras subidas y se ha tenido que retirar.  Estamos un rato hablando hasta que oímos que empiezan con los trofeos lo que indica que pronto empezarán con la comida así que vamos a la carpa.
La comida esta a la altura del resto de la carrera. Comparto mesa con Manuel y varios corredores de los sarrios y de 7:45 todos ellos entre los primeros puestos. Manuel segundo en veteranos. Como curiosidad cuando yo llegaba a la cima a Manuel le faltaban dos minutos para llegar… a meta.
Definitivamente es otro nivel.
Las sensaciones del fin de semana muy buenas. El sábado tengo que reconocer que volvía cansado de Hecho y apunto estuve de seguir recto a Zaragoza a descansar y sin embargo el domingo volviendo por la pista hacia Arguis me sentía bastante más descansado y sobre todo mucho más contento.
Me lo he pasado muy bien estos dos días y he disfrutado de las dos actividades a tope aún siendo bastante diferentes.
Las dos actividades muy recomendables y a repetir.

Aposta y Adrede … acumulando.

FOTOS

8 comentarios:

  1. Espero que volvamos a coincidir Javier. A seguir con tus entrenos que te queda buena tela en tus próximos planes. Y que siempre sigas con esa sonrisa.

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  2. Siempre un placer compartir carrera y mesa contigo.
    Este verano pienso moverme bastante así que es fácil que coincidamos.

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  3. Efectivamente, acumulando. Me das enter envidia y pereza, pero mas lo primero. Un abrazo, espero verte en Sobrarbe.

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  4. Un placer haber coincidido contigo y compartir una parte de la subida al tozal.

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  5. La puesta a punto va por buen camino.
    Y ya queda menos para esos larguísimossss e insomnes 168 kilómetros por Gipuzkoa.
    Entrena y descansa, a partes iguales.
    Nos vemos.
    Un abrazo.

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    1. Como siempre, recibo buenos consejos en los comentarios y especialmente los tuyos.
      Tengo que descansar también ... que si no se hace demasiado "cuesta arriba" y esto es una afición...
      Cuando no apetece salir a entrenar ... pues, sencillamente, es señal de que necesito un descanso.

      Saludos

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